.........aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre.
(Tylor, 1995: 29)

jueves, 27 de febrero de 2014

LOS PERROS DE LA PLAZA DE SANTA ANA

 
LOS PERROS DE LA PLAZA DE SANTA ANA- Las Palmas de Gran Canaria-Casco Histórico Vegueta-Triana
 
Caifás, Catalejo, Marquesa, Linda, Nerón, Pluto, Cicerón, Chicharro
 
 
                                                                                                                  
Símbolo unívoco de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y, por extensión, de la isla de Gran Canaria, este grupo escultórico de seis perros parecería intencionadamente concebido, creado y ubicado en la plaza mayor de la ciudad de Las Palmas como recordatorio y justificación de uno de los orígenes etimológicos más probables de “Canarias”: la tierra de los canes, la tierra de los perros.
Sin embargo, el origen de estas esculturas de hierro fundido y las circunstancias en las que llegaron a Gran Canaria no están del todo claras.
Lo único cierto es que se colocaron en torno a 1895 bajo el mandato del alcalde Felipe Massieu Matos, y que inicialmente esta iniciativa de decoración urbana no fue del gusto de todos: las críticas, al menos durante los primeros años, fueron abundantes en la prensa local, que no veían como demasiado digna la colocación de perros en las mismísimas narices de Santa Ana, patrona de la ciudad, refugiada de tanto ruido mediático y popular en su Catedral.
Pero como a todo se acostumbra el ser humano, poco a poco estos canes no sólo fueron aceptados plenamente por la población de la ciudad, sino queridos y apreciados como uno de sus grandes símbolos.
Pero, ¿de dónde proceden? ¿Cómo llegaron? Respecto a esto, tampoco hay unanimidad en las informaciones. Algunas fuentes indican que son obra del escultor francés Alfred Jacquemar; otras dicen que el escultor fue en realidad el inglés Adrián Jones. A esclarecer esta duda no contribuye el hecho de que la firma que figura en la base de los perros sea, simplemete, “A. J.”
Lo que sí parece indiscutible es que fueron fundidos en el taller “Barbezat et Cie” de la localidad parisina de Val D´Osne, según las inscripciones que también figuran en cuatro de sus pedestales.
Respecto a su llegada y colocación, hay dos teorías básicas: La primera, más romántica, asegura que Felipe Massieu los recibió como muestra de gratitud del capitán de un buque francés que, camino de Sudáfrica, tuvo problemas y debió recalar por aquí durante una larga estancia, en la que él y su tripulación fueron muy bien acogidos y atendidos por la población y sus autoridades, algo fundamental en aquellos tiempos en que el Puerto de La Luz comenzaba a emerger en aguas de Las Isletas.
 
 
 
Otra historia cuenta que fueron donados a la ciudad por James Miller (conocido también como Diego Miller), que fue uno de los tres hijos del comerciante británico asentado en Las Palmas desde 1824 Thomas Miller que sobrevivieron a la epidemia de cólera de 1851.
 
 
Los "hermanos gemelos" de los perros, a la entrada de la iglesia de Saint George, en Londres, a finales de la década de 1960.
 
De todo lo antedicho, hay un elemento que inclina más la balanza hacia la hipótesis británica y que -sin ánimo alguno de “menospreciar” a nuestros queridos perros-, apunta a que no fueron moldeados en exclusividad para la ciudad: Existían dos perros exactamente iguales en las puertas de la iglesia de Saint George en la londinense Hannover Square hasta la década de 1980, en que fueron retirados y que al parecer se encuentran actualmente decorando los jardines del hospital veterinario Queen Mother de Hatfiled… Aunque también cabe la posibilidad de que fueran creados para Las Palmas y sus moldes replicados en algún momento para decorar la entrada de la iglesia londinense.
Cabe decir que en el Archivo Histórico Provincial de Las Palmas no existe referencia documental alguna sobre nuestros perros, lo que no hace sino aumentar el halo de misterio que los rodea.
Puede que nunca lo sepamos, pero sea como sea, bien por casualidad o por intencionalidad, estos canes siempre seguirán siendo uno de los símbolos de Gran Canaria.





En abril de 1895, en tiempos de la alcaldía de Felipe Massieu, según una nota de Diario de Las Palmas, los perros ya estaban colocados y que dos años más tarde, 1897, los contempló Camilo Saint Säens según recoge en una carta enviada desde Gran Canaria a un amigo cuando señala "han colocado una colección de perros, en hierro en una de las plazas de la ciudad en diversas posturas". Nuestros perros aparecen unos sentados y otros echados, algunos con aves de caza entre sus patas. Los indicios hacen suponer como cierto que fueron modelados por el escultor inglés Adrián Jones cuyas iniciales A. J. aparecen en sus bases, realizados en hierro fundido (aunque pintados de color verde se han tenido siempre como de bronce) en el taller "Barbezat et Cie" de la localidad parisina de Val D´Osne, según las inscripciones que también figuran en cuatro de sus pedestales, pues a París viajaba regularmente el artista donde se le ha localizado en la década de 1890. Jones es el autor de conocidos monumentos en Londres y fue veterinario antes de descubrir su verdadera vocación escultórica con un particular interés por los animales. Ann Miller aporta, además, una curiosa noticia respecto a estos perros. Dice que el veterinario inglés Trevor Turner, que hasta la década de los noventa del pasado siglo viajaba a la Gran Canaria, descubrió que los de Santa Ana son idénticos a otros dos que están a la entrada del Queen Morther Hospital for Animals del Royal Veterinary College, que todavía funciona en la localidad británica de Hatfield, que comunicó el hallazgo a Basil Miller quien se puso en contacto con aquel hospital desde le informaron que aquellos también tienen las mismas inscripciones que los que están en nuestra Plaza Mayor.

Los dos perros ahora colocados en el jardín del hospital veterinario inglés estuvieron originariamente a la entrada de la iglesia londinense de San Jorge de Hannover Square por donación de un sastre quien durante la II Guerra Mundial, preocupado porque fueran afectados por los bombardeos, pidió al párroco los colocara en la cripta del templo donde permanecieron hasta 1980 y como el sastre no volvió a reclamarlos el responsable del templo acordó donarlos al centro veterinario con la condición de que le hicieran réplicas en metacrilato para ponerlos en el primer emplazamiento en las afueras de la iglesia.

Ann Miller, pese a la tradición respecto a los de Santa Ana ya comentada que siempre circuló a través de varias generaciones de su familia, dice que no ha podido localizar todavía entre los viejos papeles conservados de los Miller noticia sobre la llegada de los perros a Las Palmas, sobre los que Ana María Quesada Acosta en su libro "La escultura conmemorativa en Gran Canaria. 1820-1994" inserta otra versión anónima recogida oralmente de que viajaban en un barco con destino a una ciudad africana y que al sufrir una avería hubo de recalar en nuestro puerto donde fue reparado y su tripulación bien atendida por lo que su capitán careciendo de otros medios para agradecerlo decidió donarlos a la Ciudad.






 

LA CULTURA

LA CULTURA
   





Bajo el concepto de cultura se incluyen todas las expresiones artísticas, tradiciones, hábitos y prácticas sociales representativas de una comunidad determinada desarrolladas en un tiempo o época determinada, que la diferencian de otras culturas (de otras comunidades) y le otorgan identidad al grupo social al cual pertenece.
Durante años, en el plano intelectual, se ha reflexionado y se han desencadenado numerosos debates acerca del concepto de cultura. Uno de esos conceptos, desarrollado por Denis Cuche, no sólo incluye a lo artístico o lo tradicional de una comunidad dentro de lo que es cultura, si no que también las prácticas cotidianas contemporáneas, los hábitos y las maneras de vivir en sociedad son parte de la cultura.
 
Cultura hizo alusión durante la Edad Media al “cultivo de la tierra”, y por eso podemos pensar que este concepto se hace extensivo en cuanto “cultivar” un terreno propio, aunque en este caso, ya no de manera física, como lo es la tierra, si no de manera simbólica, con el desarrollo del arte por ejemplo. Cultivar el intelecto, el espíritu, el apego de uno con su tierra, su comunidad, lo que le es propio, o lo siente como tal.
 
A lo largo de la historia, podemos reconocer tres grandes formas de la cultura, ligadas a su alcance. No deben pensarse estas formas como “momentos” puesto que en la actualidad incluso conviven las tres, aunque sí cada una de ellas comenzó a delinearse en momentos históricos diferentes. La primera es la cultura de élite o alta cultura, que comenzó con la Ilustración del siglo XV donde la literatura, la música y el arte en general estaba reservado a ser gestado y disfrutado por integrantes de las altas clases sociales.
 
Luego, encontramos la cultura popular, impulsada en la era medieval, con la aparición del carnaval, de espectáculos callejeros o al aire libre, y que de a poco comenzó a insertarse también en las mismas áreas de la alta cultura (música, literatura…), con un alto grado crítico acerca de las relaciones sociales y el rol de las clases populares o bajas. Sin dudas, la invención de la imprenta fue un disparador para que la literatura no estuviera sólo circunscripta a la élite cultural.
Por último, mencionaremos la cultura masiva, y quizás ya puedan imaginar quienes están ligados a ella. Sí, los medios masivos de comunicación. Aunque no sólo estos. Si bien con la aparición del periodismo gráfico, el cine, la radio y la televisión es donde lo masivo cobra fuerza a tal punto de delinear sus propios lenguajes, como la espontaneidad de la radio o la supremacía de lo visual en la televisión, también libros, películas y música han alcanzado una masividad imponente, a través de la industria cultural.

miércoles, 26 de febrero de 2014

miércoles, 12 de febrero de 2014

CLARA CAMPOAMOR




CLARA CAMPOAMOR

Clara Campoamor 2
  • Clara Campoamor Rodríguez fue una política española, defensora de los derechos de la mujer y principal impulsora del sufragio femenino en España, logrado en 1931, y ejercido por primera vez por las mujeres en las elecciones de 1933.

  • Fecha de nacimiento: 12 de febrero de 1888, Madrid
  • Fecha de la muerte: 30 de abril de 1972, Lausana, Suiza
  •  
     
     
     

    Clara Campoamor

           

    Clara Campoamor
    Busto de Clara Campoamor en Madrid, obra de Lucas Alcalde (2006)


    1931-1933


    Datos personales
    Nacimiento12 de febrero de 1888
    Madrid Bandera de España España
    Fallecimiento30 de abril de 1972
    (84 años)Lausana, Flag of Switzerland.svg  Suiza
    PartidoPartido Republicano Radical
    ProfesiónAbogada, política

     
    Clara Campoamor Rodríguez (Madrid, 12 de febrero de 1888Lausana, 30 de abril de 1972) fue una política española, defensora de los derechos de la mujer y principal impulsora del sufragio femenino en España, logrado en 1931, y ejercido por primera vez por las mujeres en las elecciones de 1933.
     

     


    Biografía

    Clara Campoamor Rodríguez nació en el seno de una familia madrileña. Su padre, Manuel Campoamor Martínez, fue contable en un periódico, y su madre, M.ª Pilar Rodríguez Martínez, era costurera. La familia paterna procedía de Cantabria y Asturias, mientras la materna de Madrid y Toledo. El matrimonio tuvo otros dos hijos, de los que sobrevivió Ignacio, que más adelante ocuparía puestos de responsabilidad política durante la II República.
     
    En 1898, cuando contaba con sólo 10 años de edad, muere el padre, lo que, en cuanto fue posible, la llevó a dejar sus primeros estudios y a colaborar en la economía familiar, que de todos modos nunca fue holgada. Después de desempeñarse en varios oficios, entre ellos como modista, dependienta de comercio y telefonista, en las oposiciones de junio de 1909 consiguió plaza como funcionaria de segunda clase del Cuerpo de Correos y Telégrafos del Ministerio de la Gobernación, con destinos sucesivos en Zaragoza (unos meses) y San Sebastián (cuatro años), hasta que, en 1914, gana con el nº 1 nuevas oposiciones, esta vez del Ministerio de Instrucción Pública, lo que le permite regresar a Madrid, destinada como profesora especial de taquigrafía y mecanografía en las Escuelas de Adultas. Simultanea los años siguientes este trabajo con los de traductora de francés, auxiliar mecanógrafa en el Servicio de Construcciones Civiles del propio Ministerio, y secretaria de Salvador Cánovas, director del periódico conservador, maurista, "La Tribuna". Este puesto fue el que le permitió conocer gente muy distinta; allí comenzó a interesarse por la política y a publicar algún artículo.
     
     
     
    En 1920 puede por fin dedicarse a sus estudios. El 21 de marzo de 1923 consigue el título de bachiller, matriculándose luego en la Facultad de Derecho, de la que se licencia en menos de dos años, el 19 de diciembre de 1924[4] . Mientras tanto, había ido participando en algunas asociaciones e impartiendo varias conferencias. Aunque ya con 36 años, se convierte en una de las pocas abogadas españolas de la época, y de inmediato comienza a ejercer su profesión.
    Sus ideas sobre la igualdad de las mujeres la acercan al PSOE y escribe el prólogo del libro Feminismo socialista de María Cambrils, dedicado a Pablo Iglesias. Pero nunca se incorporó al partido ni aceptó la colaboración de este con la dictadura de Miguel Primo de Rivera. En 1929 perteneció al comité organizador de la Agrupación Liberal Socialista, que desapareció poco tiempo después. Campoamor y Matilde Huici, republicanas y enemigas del régimen de Primo de Rivera, quisieron sin éxito que la Agrupación se desmarcara de la dictadura, motivo por el que la abandonaron poco después de ingresar. Mantuvo una gran actividad como conferenciante en la Asociación Femenina Universitaria y en la Academia de Jurisprudencia, defendiendo siempre la igualdad de derechos de la mujer y la libertad política.
    Trabajó con Martí Jara, amigo de Manuel Azaña en el embrión de Acción Republicana, en cuyo Consejo Nacional figuró al principio. Sin embargo, nunca logró su ideal estratégico: la unión de todos los republicanos y republicanas en un gran partido de centro con Azaña como delfín natural de Alejandro Lerroux.
    Después de la rebelión de Ángel García Hernández y Fermín Galán en Jaca, y el proceso contra el Comité Revolucionario, Clara asumió la defensa de algunos de los implicados, entre ellos su hermano Ignacio.
     
     
     

    El sufragio femenino

    Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada (en 1931 las mujeres podían ser elegidas, pero no ser electoras) por el Partido Radical, al que se había afiliado por haberse proclamado éste "republicano, liberal, laico y democrático": su propio ideario político.
    Formó parte de la Comisión Constitucional encargada de elaborar el proyecto de la Constitución de la nueva República e integrada por 21 diputados, y allí luchó eficazmente para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en las Cortes españolas.
     
     
     
     
    La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos, no querían que la mujer votase porque se suponía que estaba muy influida por la Iglesia y votaría a favor de la derecha. Por ello, el Partido Radical Socialista puso frente a Clara a otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres. El debate fue extraordinario y Campoamor fue considerada como la vencedora. Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE –excepto el sector encabezado por Indalecio Prieto– y algunos republicanos.
    Proféticamente, ni ella ni Victoria Kent consiguieron renovar sus escaños en las elecciones de 1933. En 1934 abandonó el Partido Radical por su subordinación a la CEDA y los excesos en la represión de la insurrección revolucionaria en Asturias. Pero cuando ese mismo año, intentó (con la mediación de Santiago Casares Quiroga) unirse a Izquierda Republicana (fusión de radicalsocialistas, azañistas y galleguistas), su admisión fue denegada. Entonces escribió y publicó, en mayo de 1935, Mi pecado mortal. El voto femenino y yo, un testimonio de sus luchas parlamentarias.
     

    Exilio

    Al estallar la guerra civil se exilió y en 1937 publicó en París La revolución española vista por una republicana, donde narró su experiencia en Madrid, mostrándose muy crítica con el comportamiento de los republicanos. Vivió una década en Buenos Aires y se ganó la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías (Concepción Arenal, Sor Juana Inés de la Cruz, Quevedo). Intentó regresar a España a fines de la década de 1940, pero se encontró con que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica.
    En 1955 se instaló en Lausana (Suiza), y trabajó en un bufete hasta que perdió la vista. Murió de cáncer en abril de 1972. Sus restos mortales fueron traslados algunos años después de su muerte al cementerio de Polloe en San Sebastián (Guipúzcoa),[5] y permanece en el panteón de la familia Monsó Riu por ser madrina de la familia.
     

    Memoria histórica

    Tras la Transición se llevaron a cabo homenajes y reconocimientos que son valorados como escasos por organizaciones pro igualdad de la mujer. Institutos, colegios, centros culturales, asociaciones de mujeres, parques y calles recibieron su nombre.
    En 1998 la Secretaría de Igualdad del PSOE andaluz instituyó los Premios Clara Campoamor que reconocen anualmente, uno por provincia y uno especial, a aquellas personalidades o colectivos que se hayan significado en la defensa de la igualdad de la mujer .
    Del mismo modo, el Ayuntamiento de Madrid creó en 2006 un premio de igual nombre, el primero de los cuales fue entregado a la abogada y feminista María Telo Núñez
     
     
    En 2006, 75º aniversario de la aprobación del sufragio femenino en España, diversos colectivos comienzan una campaña para pedir el reconocimiento por parte del Congreso de los Diputados de sus aportaciones con la colocación de un busto en sus instalaciones.
    En noviembre de ese mismo año, el PSOE presentó una proposición no de ley solicitando al Gobierno del mismo partido que las políticas de igualdad tuvieran también su reflejo en la acuñación del euro. La figura femenina elegida para que apareciera en las futuras monedas de euro fue la de Clara Campoamor, por ser la principal defensora del voto femenino en la Segunda República, proposición que finalmente fue aprobada el martes 12 de junio de 2007, por el Pleno del Congreso, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios salvo el PP, que se abstuvo.
    En 2007, el Ministerio de Fomento botó el Buque Polivalente B-32 "Clara Campoamor", bautizado en su honor y operado por la Sociedad de Salvamento y Seguridad Marítima.
    En 2011, con motivo del centenario del Día Internacional de la Mujer, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre acuñó una moneda conmemorativa en plata con valor facial de 20 euros que muestra la efigie de Clara Campoamor.

    Citas

    • Defendí en Cortes Constituyentes los derechos femeninos. Deber indeclinable de mujer que no puede traicionar a su sexo, si, como yo, se juzga capaz de actuación, a virtud de un sentimiento sencillo y de una idea clara que rechazan por igual: la hipótesis de constituir un ente excepcional, fenomenal; merecedor, por excepción entre las otras, de inmiscuirse en funciones privativas del varón, y el salvoconducto de la hetaira griega, a quien se perdonara cultura e intervención a cambio de mezclar el comercio del sexo con el espíritu.
    • (...)Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar , a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras. ("El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid, 2006, p. 107)
    • República, república siempre, la forma de gobierno más conforme con la evolución natural de los pueblos.
    • Estoy tan alejada del fascismo como del comunismo. Soy liberal. ("La revolución española vista por una republicana", Ediciones Espuela de Plata, 2005, pp. 177-178)
    • (...)A mi pudiéronme cargarse todos los pecados políticos imaginarios de la mujer, y pasárseme todas las cuentas del menudo rencor. Lo que no espero ocurra es que se eleve una voz, una sola, de ese campo de la izquierda, de quien hube de sufrirlo todo, por ser el único que ideológicamente me interesa, y al que aún aislada sirvo. ("El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid, 2006, p. 264)
     
    • (...)La división tan sencilla como falaz hecha por el gobierno entre fascistas y demócratas, para estimular al pueblo, no se corresponde con la verdad. La heterogénea composición de los grupos que constituyen cada uno de los bandos (...) demuestra que hay al menos tantos elementos liberales entre los alzados como anti demócratas en el bando gubernamental. ("La revolución española vista por una republicana", Ediciones Espuela de Plata, 2005, p. 149)
    • (...)La victoria total, completa, aplastante de un bando sobre el otro, cargará al vencedor con la responsabilidad de todos los errores cometidos y proporcionará al vencido la base de la futura propaganda, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. ("La revolución española vista por una republicana", Ediciones Espuela de Plata, 2005, p. 179)
     
     
    • Se torturaba a los acusados en las prisiones; se fusilaba a los presos sin formación de causa en los patios de los cuarteles y se cerraban los ojos a las persecuciones y atrocidades perpetradas por la policía durante aquellos dieciséis meses. Hubo sólo tres ejecuciones oficiales: ¡Cuánta clemencia! Pero hubo millares de presos y centenares de muertos, torturados y mutilados. ¡Execrable crueldad! He aquí el trágico balance de una represión, que, de haber sido severa, pero legal, limpia y justa en sus métodos, hubiera causado mucho menos daño al país. (Sobre la represión del levantamiento revolucionario de Asturias, en 1934)
    • El 23 de febrero de 1935, me separé del partido radical, enviando a su jefe [A. Lerroux] la siguiente carta, que la censura ahogó: "(...)No fui yo nunca un elemento de derecha, ni aún de centro derecha, en el partido. Cuando me designó usted para la dirección general de beneficencia, desarrollé en ella (...) un plan liberal radical y justo, que respondía en absoluto al espíritu y letra del programa del partido (...). Y esta conducta es, Sr. Lerroux, síntesis y reflejo de toda su actuación en su tercera etapa del gobierno. Las derechas españolas anticonstitucionales, enemigas resueltas de todo cuanto la república representara en su advenimiento, enemigas decididas del programa radical, letra a letra, no encuentran en Usted, ante mis ojos estupefactos, el menor dique, la más leve barrera. Más que colaborador, el partido radical ha descendido a ser el servidor de esas derechas(...)".("El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid, 2006, p. 236).
     
     
    • (...)Carecen de interés y de altura , porque aquí la tienen muy pocas cosas, las razones que me movieron a solicitar el ingreso en Izquierda Republicana, con preferencia de otro partido (...). Después de imponer infamantes acusaciones que sobre mi nefanda conducta personal y política se habían podido reunir en tres meses y pico de rebuscar (...) por 183 votos contra 68 se decidió rechazar mi admisión en Izquierda republicana. ("El voto femenino y yo". Editorial Horas.Madrid, 2006, pp. 238-242). (Sobre la denegación de ingreso en otro partido, tras abandonar

    Obras escritas por Clara Campoamor

    • El derecho de la mujer en España (1931)
    • El voto femenino y yo: mi pecado mortal (1935)1939), Buenos Aires. Editado en 1939 por Talleres Gráficos Fanetti & Gasperini y reeditado en 1983 por el Instituto de publicidad Navales. Libro escrito conjuntamente con el diputado republicano Federico Fernández de Castillejo, también exiliado. (Eran vecinos; vivían juntos en el mismo edificio en Buenos Aires).
     


     
     

    ESCAPANDO DEL CABALLITO DE MAR

    ESCAPANDO DEL CABALLITO DE MAR



    MONUMENTOS, BUSTOS, PLACAS...... PALMERA CANARIA DESTRUIDA POR EL "DELTA" EN LAS REHORAS

    MONUMENTOS, BUSTOS, PLACAS......



    Dice el monumento:

    En este lugar existió un a palmera canaria que sirvió como punto de encuentro de los vecinos desde los años 60, hasta que se desplomo por la tormenta DELTA, marcando un antes y un después.
     
    Se encuentra en el Barrio de  las Rehoyas, Ciudad Alta , en la calle Virgen de la Macarena  (La Macarena)
     
    Curioso monumento