NO HAY FUNCIÓN
(5 de Enero , Entierro de Don Benito María de los Dolores Pérez Galdós)
En señal de duelo, esa noche del 4 de enero se cerraron todos los teatros de Madrid con el cartel de No hay función. En la prensa madrileña y nacional, algunos diarios como el conservador La Época publicaron números extraordinarios glosando la imagen del escritor canario fallecido.
El lunes 5 de enero de 1920, rodeando el féretro la Guardia Municipal, de gala, y cubierto por coronas de flores, partió el entierro de Benito Pérez Galdós. Los periódicos hablaron luego de que 30 000 personas habían pasado por la capilla ardiente y de que unas 20 000 formaron cortejo extraoficial hasta el cementerio.
Aunque en esa época no era costumbre que las mujeres acudieran a los entierros, en aquella ocasión abrió la excepción la actriz Catalina Bárcena, y en cuanto el duelo oficial se retiró, a la altura de la Puerta de Alcalá, progresivamente fueron acudiendo las otras mujeres de Madrid: las menestralas, las obreras, las madres de familia de las clases populares. El abuelo que contaba historias que ellas podían entender y sentir, el hermano escritor que las había inmortalizado con muy diversos nombres y sentimientos, emprendía aquella fría tarde su último viaje.
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