.........aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre.
(Tylor, 1995: 29)

jueves, 28 de abril de 2016

EL PINO 2016

CARTEL DEL PINO 2016
 
 

ECONOMIA VERDE en el Centro Cívico Suárez Naranjo


jueves, 28 de abril de 2016

Economía Verde

Estimados usuarios,
Nos ponemos en contacto con uds. para informarles de los próximos talleres que dentro del Programa de "Economía Verde", tendrán lugar en el Centro Cívico Suárez Naranjo todos los jueves del mes de mayo de 17:00 a 19:00 horas.

Jueves 5: Grupos de Consumo.
Jueves 12: Empleabilidad.
Jueves 19: Producción Ecológica.
Jueves 26: Alimentación Saludable.
El total de los 4 talleres incluye la posibilidad de participar en el grupo de consumo del CCSN y de acceder al proyecto de empleabilidad, autoempleo...

Agradeciendo su tiempo y que compartan la información con los posibles interesados


Esperamos contar con tu participación y que le des la máxima difusión a esta actividad.


Información

martes, 19 de abril de 2016

EL ARCO DE PALMIRA

EL ARCO DE PALMIRA


El Arco de Triunfo de Palmira fue un antiguo arco de la Época romana, de unos 2000 años de antigüedad, situado en la parte arqueológica de la ciudad de Palmira, en Siria
Inscripciones encontradas indicaban que fue construido en el siglo II d. C bajo mandato de Septimio Severo, probablemente para celebrar las victorias del emperador romano sobre los partos a finales de siglo. El arco y las pilastras estaban cuidadosamente talladas, con motivos florales, palmeras y ornamentos geométricos típicos sirios. Su diseño presentaba una característica especial: se duplicaron los dos arcos laterales —puertas— que tenía a ambos lados y se les dio una orientación diferente a cada par para minimizar el ángulo de 30 grados que forma la gran columnata, la calle que cruzaba la ciudad; tenía dos fachadas laterales, con cada par de los arcos laterales alineados con cada una de las dos secciones de la calle principal, formando una especie de «V»,[ y así el arco parecía perpendicular a ambos lados.
En 1980 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO dentro del conjunto «Sitio de Palmira» y el 20 de junio de 2013 se incluyó a todos los sitios arqueológicos sirios en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro para alertar sobre los riesgos a que estaban expuestos debido a la Guerra civil siria.En octubre del año 2015 fue dinamitado y destruido por el Estado Islámico.


 

domingo, 17 de abril de 2016

CASA DEL TURISMO EN LAS PALMAS DE GRAN CANARIA

CASA DEL TURISMO

 
PARQUE DE SANTA CATALINA ( LAS PALMAS DE GRAN CANARIA )
 

 

RANILLERO

RANILLERO
NATURAL DEL PUERTO DE LA CRUZ ( BARRIO PESCADORES)
 



A los naturales del Puerto de la Cruz se le suele llamar Portuense. En ocasiones se refieren a los portuense como "RANILLERO".
Cuando  se refieren al nacido en el   barrio de La Ranilla (barrio de pescadores, muelle y es especial la calle Mequinez).
 
 
 
 
CHORRO DEL MUELLE PESQUERO EN EL PUERTO DE LA CRUZ (TENERIFE)
 
El Chorro del muelle pesquero del Puerto de la Cruz en el año 1954, detrás vemos la inolvidable y desaparecida pescadería portuense prevista de celosías de color verde que tanto le dio de comer a todos los habitantes del Valle de La Orotava, siempre acompañada del viejo pescador - ranillero – portuense. 
A la izquierda otro monumento del Puerto de la Cruz que era avizor de la entrada y salida a la mar brava durante muchísimo años, balconadas conocida por la de la casa comercial inglesa YEOWARD.
Vemos las barcas empotradas casi en la calle por el mal tiempo de la mar.
Este perenne grifo conocido por el CHORRO siempre fue el emblema, el preceptor de los trabajadores de la mar, ranilleros de pro.
En él bebían a la ida y a la vuelta su cristalina y fresca agua, todos los pescadores del Puerto de la Cruz. Las pescaderas limpiaban el pescado y su agua viajó en botes en las barcas portuenses a la mar brava en busca del sustento para la vida.
 
 

martes, 5 de abril de 2016

EL LEGADO DE LOS MILLER


 

El legado de los Miller



El legado de los Miller 
 
Andan revueltos los aires por aquello de que se quiere desvestir a un santo para arropar a otro. Con la pretendida determinación de sustituir el nombre del colegio portuario, lo único que se logra es que nuestro castigado país vaya poco a poco perdiendo su historia y sus señas de identidad.
Los antecedentes de la familia Miller llegaron a Gran Canaria de manera accidental. Su meta era establecerse en América, donde parientes y paisanos escoceses estaban enraizados en el comercio, pero durante la travesía al nuevo continente, la embarcación fue embestida por bandoleros que se escondían en el estrecho de la Bocaina existente entre las islas de Lanzarote y Fuerteventura, abandonando a los pasajeros después de robados en las playas majoreras. Con un préstamo se trasladaron a Las Palmas para denunciar su situación y proseguir luego a la localidad de Saint Kitts, en la isla caribeña de San Cristóbal, su destino final. Pero al percatarse los avispados náufragos de las posibilidades que brindaban nuestras peñas atlánticas para desarrollar la actividad mercantil, decidieron quedarse definitivamente en nuestro Archipiélago. Esto ocurría en los albores del siglo XIX.
A partir de su establecimiento, la ciudad dio un giro sorprendente al emprender estos forasteros una nueva estrategia comercial. Era una época en que las islas comercializaban la orchilla y barrilla, los selectos vinos canarios y la exportación de la cochinilla, cuyos productos tenían gran acogida en el mercado europeo, unos géneros que los inteligentes escoceses querían incluir de inmediato en su actividad empresarial. A esta visión de futuro contribuiría la bondad de nuestro clima y, sobre todo, las posibilidades de nuestro excelente puerto en la ruta hacia los tres continentes, especialmente el africano que se encontraba en la trayectoria de la expansión y logística británica. En pocos años, parientes y paisanos de los Miller fueron formalizando en nuestra ciudad sus compañías mercantiles, a las que irían aportando las novedades y los adelantos técnicos que aparecían en Europa. Uno de los primeros productos introducidos fue el carbón, traído de las cuencas carboníferas de Gales y de sus minas de Cardiff, que era imprescindible para la floreciente industria y la navegación.
Puntualizar ahora la influencia de los Miller y la colonia de los "ingleses" en nuestra isla es tarea ardua. La importancia de la densidad de su actividad se refleja a lo largo del siglo XIX, como lo indica que para poder atender sus transacciones existían en Las Palmas dos consulados de Gran Bretaña independientes, uno en la Plaza de San Bernardo y el otro en el Puerto de la Luz, regido por un cónsul general el primero, y un vicecónsul el último.
En la agricultura local tuvieron también los Miller mucha importancia, ya que era un renglón primordial en su comercio. Sus vastas fincas de Las Rehoyas, donde crearon uno de los jardines más bellos de la ciudad y en donde se situaban los populares secaderos del tabaco que producían, dieron a la posteridad el nombre al sector, conociéndose hoy la popular extensión capitalina por la filiación de Miller Bajo. El producto agrícola de sus fincas fue varias veces premiado en las exposiciones que organizaba la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Mucha vegetación que hoy existe en Gran Canaria fue traída por esta familia de diversos contornos, especialmente de África y de la isla de Madeira para que sus magnolias, strelitzias y buganvillas fueran floreciendo y arraigando por toda la isla. Los jardines fueron siempre una debilidad prioritaria de los "ingleses", hasta el punto, que el emblemático Parque Santa Catalina lo disfrutamos gracias al anhelo jardinístico de la saga. Los solares que hoy lo albergan pertenecían al patrimonio de la familia Apolinario. Uno de sus integrantes, don Bartolomé Apolinario Macías, funda en la orilla de la playa de Las Canteras el Hospital de San José, en cuya salas se daba asistencia sanitaria a marineros del Reino Unido, y cuya fábrica pudo levantarse con exclusivo caudal inglés. La firma británica contribuía con el suministro gratis de carbón al establecimiento, y a cambio los Apolinario regalaron a los comerciantes las parcelas del entorno de sus oficinas del muelle para levantar los jardines con flores, laureles de Indias y palmeras. Así fue como nació el vergel de la zona que luego, al cabo de unos años, los Miller cedieron el recinto a la Junta de Obras del Puerto y éstos lo transfirieron al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para que el emblemático y turístico lugar pudiera declarase Parque Municipal y contara con el mantenimiento preciso. De no haber sido así, posiblemente hoy estuviese fabricada en aquella referente zona portuaria una masificada barriada. Otros jardines de los ingleses alcanzaron fama internacional, como el enclave de la hacienda de las Magnolias, en Tafira, llevada varias veces a las postales de la época en las recreaciones turísticas que realizaban los afamados fotógrafos retratistas Ensell y Charles Nanson. Estos recintos florales eran tan cuidados por los Miller, que vigilaban que al jardín del patio de la Catedral de Santa Ana no le faltasen los naranjos tradicionales que hermosean sus parcelas.
Pero no sólo flores y arbustos trajeron los Miller a Gran Canaria. A ellos le debemos la instalación en 1891 de los primeros cien teléfonos que hubo en la ciudad; de los primeros remolcadores; de la primera compañía de agua de abastos y de las instalaciones de la primeras sociedades recreativas, como fueron el Gabinete Literario y el Círculo Mercantil de la Plaza de San Bernardo. Ambas pusieron al frente como primeros presidentes a dos súbditos ingleses, y en las dependencias de esta última se instalaron, además, las primeras representaciones diplomáticas de medio mundo, con consulados tan curiosos como el de Hawái, Turquía y el reino de Persia.
La figura de Tomás Miller Wilson, que es el que da nombre a la calle portuaria y al colegio de la zona que ahora se quiere rebautizar, había nacido en el corazón de la calle mayor de Triana en 1857, en donde su padre tenía el gran comercio. Sin haber perdido nunca la flema británica de sus genes, también poseía la socarrona idiosincrasia canaria. Se sentía isleño por los cuatro costados y su amor por la isla fue siempre inquebrantable. No había que olvidar que la serie de variadas empresas que regentaba su familia daba trabajo a más de las tres cuartas partes de la población insular. En sus numerosas oficinas los canarios ejercían los cargos de contables, encargados, cajeros, etc; en los almacenes del puerto, otro crecido núcleo de ciudadanos de La Isleta atendían los suministros de las carboneras, las gabarras y las mercancías. En las numerosas fincas distribuidas por la Isla, los isleños de sus pagos se cuidaban de las plantaciones y de recolectar los frutos. A su gran comercio de la calle mayor de Triana, cuyo edificio que aún subsiste es una muestra de la mejor arquitectura de la zona, sus empleados eran todos isleños, solían acercarse vecinos desvalidos en busca de socorro y en cuya casa fueron muchas las ocasiones que en sus patios se dispusieron de comedores para alimentar a tantos infelices. En definitiva, las industrias de los Miller fueron durante décadas el engranaje de las principales actividades que se desarrollaban en la población en la cual giraban los componentes de todas las clases sociales grancanarias.
Durante la gran guerra mundial del año 14, las empresas de los Miller sufrieron, como todas las demás, grandes quebrantos. Muchos miembros de la extensa familia, que también regentaban sucursales de sus negocios en Inglaterra, optaron por marchase definitivamente al Reino Unido, pero don Tomás, el canarión, no quiso abandonar la isla porque sabía, que de hacerlo, dejaba en el mayor desamparo a miles de conciudadanos. En el empeño de seguir mantenido abiertas todas las divisiones de sus variados negocios continuó proporcionando empleo a numerosas familias isleñas, tanto obreras como las llamadas de clase media, gracias a cuyos salarios muchas de ellas pudieron subsistir. No debemos de olvidar que también jugó esta familia un papel importante en la sanidad insular gracias a sus barcos y sus contactos. En las frecuentes pandemias y enfermedades y, sobre todo durante la devastadora tuberculosis de las primeras décadas del pasado siglo, el auxilio que prestaron los Miller al mediar con sus medios navieros fue importante y muchas tragedias, males y enfermedades tuvieron remedios y mejorías con la colaboración de esta familia, especialmente con la que siempre dispensaba el generoso don Tomas Miller, "el inglés", al que ahora se le quiere despojar de su recuerdo. La calle que lleva su nombre no se timbra por casualidad. Fue en reconocimiento a su entrañable amor a Gran Canaria, a su desprendimiento generoso y magnánimo con sus paisanos, y a quien se le destrozaba el alma cuando observaba que muchos habitantes de la isla se morían de hambre por no tener nada que llevarse a la boca.
Como era soltero, solía decir con su peculiar gracejo isleño, que no se había casado porque eran muchos los hijos a los que tenía que vestir, educar y alimentar.
El bueno de don Tomás murió el 15 de enero de 1930. Su féretro llegó al cementerio rodeado de artesanos y obreros, quienes desde su salida de la casa mortuoria se disputaban el honor de cagar el cuerpo del hombre que nunca les había vuelto la espalda.

Ante la humanitaria figura de don Tomás Miller Wilson, el canario nacido en Triana, el pueblo agradecido tiene que quitarse el sombrero 

 


 

lunes, 4 de abril de 2016

SAN BENITO ABAD ( LA LAGUNA )-PATRONO DE LAS MIESES

SAN BENITO ABAD ( LA LAGUNA )
 
 

La ermita de San Benito Abad, de la ciudad de La Laguna. es conocida en todo el archipiélago canario por su romería, pero hay una faceta de su historia que es totalmente desconocida, pues no sólo no se ha hablado de ello para el caso de este edificio, sino tampoco con referencia a otros templos de Canarias de los cuales   también fueron ejemplos de este mismo fenómeno.
 
Este edificio nació como sede de una comunidad campesina, en su caso la de La Laguna, y que fue diseñado arquitectónicamente para servir como sede de reuniones de la misma, y no en función del culto religioso, lo que dio lugar a ciertas "rarezas" arquitectónicas a las que hasta la fecha de hoy no se les ha podido dar satisfactoria respuesta.
 
 
 
Las comunidades campesinas eran las agrupaciones formadas por los que trabajaban en el mundo rural (labradores y ganaderos) para proteger sus derechos, y administrar las tierras comunales y aquellos usos que eran de todos. Ello dio lugar en Castilla a la aparición, durante la Edad Media, de un tipo de iglesia característica en el mundo rural: la iglesia de atrio porticado, en la que se adosaba a las paredes exteriores una o varias galerías techadas, que servían de lugar de reunión para estas comunidades campesinas. La ermita de San Benito vendría a ser una variante canaria de esta clase de soluciones arquitectónicas para las asambleas comunales.
 
 
Empecemos por analizar el relato tradicional sobre su origen, que se basa en lo que sobre la misma escribió Núñez de la Peña en el siglo XVII: "La ermita de San Benito es grande, que en España no hay parroquias tan largas, tiene buena capilla,y toda se fabricó con limosnas de los fieles, es Patrono este santo de las mieses, y los labradores le hacen fiesta,y el Cabildo por voto, porque día de San Bernabé Apóstol a once de junio del año de mil quinientos y treinta y dos, poco más o menos, se perdieron las sementeras, y día de Pascua de Pentecostés, se echaron suertes para sacar santo por Patrono, y defensor de las sementeras, y salió San Benito, y el Cabildo hacer tres fiestas cada año, la una su día, otra el segundo día de Pascua de Pentecostés, otra a once de julio día de su traslación".
 
 
 
 
Otros dijeron que no fue verdad y que la cosecha fue grandiosa.
El hecho decisivo acaecido en ese año de 1532 fue la confirmación que hizo la Corona de la ordenanza dispuesta por el Cabildo seis años reservando las dehesas que rodeaban La Laguna a los vecinos de la ciudad, y restringiendo su acceso a los de otras partes de la isla, como fue el caso de los de La Orotava, que perdieron la batalla legal para conservar este uso de los pastos laguneros.


El Cabildo, dentro de su política de promoción de la agricultura y la ganadería, se inclinaba por favorecer la existencia de la comunidad campesina de La Laguna como una unidad de producción que ensamblaba muy dentro del esquema productivo, pues a ella se le confiaba la administración de los usos comunes de las tierras y dehesas comunales. Como prueba de esta política de los regidores puedo traer a colación el acta de 28 de marzo de 1547, en la que el Cabildo deliberó sobre la denuncia de los vecinos de que junto a la ermita de San Benito algunos se habían apropiado de tierras comunales: "E luego los Sres. Justiçia y Regimiento cometieron a los Sres. diputados que vayan e lo bean e hagan dexar cañada sufiçiente por donde pasen los ganados, e en los demas se conchaven los vecinos de manera que aya para todos".

 
Los regidores delegan a los vecinos que se "conchaven" en la manera de administrar esas tierras comunales, lo que presupone que estos disponían de algún modo establecido para reunirse, deliberar y tomar decisiones que habrían de ser aceptadas por el común de los labradores y ganaderos.
Este modo no era otro que la comunidad campesina, que se reunía en la ermita de San Benito, junto a la cual comenzaban estas tierras.
Esto explica la primera de las rarezas arquitectónicas a las que me referiré: sus enormes proporciones, como ya hiciera notar Núñez de la Peña, y que no parecen justificarse por necesidades del culto religioso, pues la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción está a sólo cinco minutos de caminata. Este tamaño era necesario para cobijar en su interior a la gran cantidad de labradores y ganaderos, agrupados en el gremio de labradores, que era el que estaba al cargo de esta ermita.


 
Y la necesidad de albergar en su interior estas asambleas justifica la segunda rareza, y es la presencia de poyos corridos a lo largo de las paredes laterales en su interior, y no sólo en su exterior, cómo es común en las iglesias más antiguas de Tenerife. Debían servir de asientos corridos para aumentar su capacidad. Por esta última razón, la ermita careció en sus primeros siglos de altares en sus paredes laterales, pues hubieran quitado asientos y capacidad para albergar a los "asambleístas".
La tercera rareza arquitectónica es la presencia de ventanas sólo en la pared lateral izquierda, que da a la carretera, y no en la del lado derecho, en la que no hay ninguna. Esto fue así, a mi parecer, porque se buscaba sólo la luz de la tarde, hora a la que era más factible realizar esas reuniones, que la de la mañana.
Por la tarde, la luz, aunque poca, incide en la ermita por la pared lateral izquierda, mientras que por la mañana la luz es bastante generosa por la pared lateral derecha, y hubiera sido muy útil para la celebración de las misas, que en aquellos siglos se celebraban por las mañanas por razón del ayuno eucarístico, que prohibía ingerir cualquier clase de alimentos y bebidas desde las doce de la noche hasta el momento de la comunión.
Si la ermita se hubiese diseñado en función del culto católico hubiera tenido ventanas en esa pared de la derecha, por la cual hubiese entrado generosamente la luz, pero eso no interesaba a los vecinos, a los que sólo les preocupaban sus reuniones; que cuando las podían tener era por la tarde, para lo cual les bastaba la poca luz que a esas horas podía entrar por las ventanas del lado izquierdo. No olvidemos que cada ventana que se ponía en las paredes encarecía el presupuesto de la obra.
La razón de elegir a San Benito como patrono de las mieses tampoco tiene que justificarse en el sorteo que cita Núñez de la Peña, y del cual carecemos de otras noticias que nos den fe de su existencia, sino más bien en una intención premeditada que se intentó justificar con una apariencia de sorteo, muy usual en aquel entonces.

 
En este punto quiero dar a conocer un documento otorgado en la ciudad de La Laguna el 20 de enero de 1628, y en el que se habla de un jubileo que se estaba solicitando al Papa: "Sepan cuantos esta carta de obligación vieren cómo yo, Francisco Hernández, labrador, vecino de esta ciudad de La Laguna, otorgo y conozco por esta presente carta y digo que por cuanto yo he pedido al fray Pedro de la Anunciación, prior que fue del convento de Nuestra Señora la Consolación en el lugar de Santa Cruz de la Orden de predicadores, me envíe a buscar un jubileo perpetuo, y lo escriba y comunique por cartas con su hermano el padre fray Antonio Yánez de la Orden de San Agustín. Y que lo que el susodicho por su carta avisare haber costado el dicho jubileo, sin que sea necesario otro recaudo alguno más que la dicha carta. Y se entiende que este jubileo ha de ser perpetuo para la iglesia y cofradía del Señor San Benito de esta ciudad, en su día, que es a veinte y uno de marzo de cada un año".
Esta era la fiesta que celebraban los labradores, la del 21 de marzo, una de las tres que aprobó el Cabildo (aunque hoy en día sólo celebremos la de julio), día del equinoccio de primavera, una de las referencias del calendario agrícola, pues, como ha demostrado un estudio reciente, la gente del agro canario conocía, hasta hace algunas generaciones, algunas constelaciones y los principales eventos astronómicos del año, y ajustaba sus labores a ellas.


 
Esta correlación de San Benito con el equinoccio de primavera, cuando el día y la noche tienen la misma duración, explicaría la resistencia de los labradores laguneros a cambiar el culto de su santo patrono por el de San Isidro labrador, que se puso de moda en el resto de la isla en los siglos XVII y XVIII, pues estaba relacionado con su calendario agrícola y con las cabañuelas.


 
San Benito serviría de sede a la comunidad campesina, prestigiado su edificio con el carácter eclesiástico de ermita, aunque diseñado y construido como sala de reuniones, y sirviendo como referencia para su año agrícola.
Estas comunidades se regían y ordenaban por los principios de igualitarismo y solidaridad, los cuales no entraban en colisión con los ideales evangélicos predicados por la Iglesia, sino que se veían confirmados y alentados por ellos. Al no existir en la mentalidad de esos siglos la separación nítida entre lo sagrado y lo profano que hoy experimentamos, no se producía colisión entre el uso profano del recinto y su presunta finalidad religiosa.
 
 
Cómo oportunamente nos recuerda Adolfo Arbelo, aunque el campesinado constituía el grupo mayoritario de la sociedad canaria durante el Antiguo Régimen, su estudio es una de las asignaturas pendientes de la investigación histórica, especialmente para los siglos XVI y XVII, precisamente aquellos en los cuales se configuró la ermita de San Benito como sede de la comunidad campesina de La Laguna: "En general, de este grupo conocemos poco de su vida cotidiana y de su realidad social, probablemente la precariedad de las fuentes haya frustrado el estudio de un apartado tan fundamental de nuestra sociedad, o bien posiblemente la solución venga de la mano del contraste de fuentes públicas y privadas".
 
Una de las rarezas arquitectónicas de la ermita: los poyos corridos adosados a las dos paredes laterales del edificio, donde se sentaban los agricultores y ganaderos en sus reuniones.
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domingo, 3 de abril de 2016

VOCES Y GUITARRAS O MOCEDADES

 
 
VOCES Y GUITARRAS
                                 que luego fueron         
                                          MOCEDADES


 
MOCEDADES, tuvo un nombre distinto en sus comienzos  , llamado " Voces y Guitarras ", eran los años 1967.
Juan Carlos Calderón, los bautizo como MOCEDADES  .
 
 
 
 
 La cantante MARISOL, fué la MADRINA en Televisión Española  del grupo MOCEDADES.
 
 
 
EUROVISION 1973  CATAPULTO A MOCEDADES
 INTERNACIONALMENTE, CON EL 2º PUESTO
 
 
 
Y LE LLAMABAN...................LOCA

 
VIDEO MUSICAL


sábado, 2 de abril de 2016

GIRALDO EN LA SALA/EXPOSICION S/t Espacio Cultural (ASOSCIACION DE VECINOS TERRERO-GUINIGUADA)

 

 
Giraldo, collages y otras cosas
 

Ayer fue inaugurada la exposición  de 33 collages y otras cosas, hasta el día 29 de Abril, mostramos algunos momentos del acto y como siempre, les esperamos en nuestra sala de exposiciones S/t Espacio Cultural, que es su espacio y el de todos los vecinos.