.........aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre.
(Tylor, 1995: 29)

RELIGIONES

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AÑO SANTO O AÑO JUBILAR
En la tradición católica, el Jubileo es un gran acontecimiento religioso. Es el año de la remisión de los pecados y de sus penas. Es el año de la reconciliación, de la conversión y de la penitencia sacramental. En consecuencia, el año de la solidaridad, de la esperanza, de la justicia, del empeño por servir a Dios en el gozo y la paz con los hermanos. El Año Jubilar es ante todo el Año de Cristo, portador de la vida y de la gracia a la humanidad.

Sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento. La ley de Moisés había determinado para el pueblo Hebreo un año particular: "Declararéis santo el año cincuenta, y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y cada cual regresará a su familia. Este año cincuenta será para vosotros un jubileo; no cortaréis ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis la viña que ha quedado sin podar, porque es el jubileo que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que el campo dé de sí. En este Año Jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad" (Lev 25, 10-13).

La trompeta con que se anunciaba este año particular era un cuerno de carnero padre, que se llama "yobel" en hebreo, de ahí la palabra "Jubileo". La celebración de este año llevaba consigo, entre otras cosas, la restitución de las tierras a sus antiguos propietarios, la remisión de las deudas, la liberación de los esclavos, y el reposo de la tierra. En el Nuevo Testamento, Jesús se presenta como Aquel que lleva a su cumplimiento el Jubileo antiguo, ya que Él ha venido a "predicar el año de gracia del Señor" (cfr. Is 61, 1-2).

El Jubileo es un tiempo de gracia destinado a promover la santidad de vida. Ha sido instituido para consolidar la fe, favorecer las obras de solidaridad y la comunión fraterna en el seno de la Iglesia y en la sociedad, en definitiva para recordar y remover a los creyentes a una profesión de fe más sincera y más coherente en Cristo Salvador.

El Jubileo católico puede ser ordinario o extraordinario:
El Año Santo ordinario, o Año Jubilar, es el celebrado en los intervalos preestablecidos mientras que el extraordinario, o Jubileo, es el proclamado como celebración de un hecho destacado. .

Es una invitación abierta a todos los cristianos y también a los que se encuentran distantes en la fe y desean volver de nuevo a la vida cristiana. Durante el Año Jubilar la Iglesia concede la indulgencia plenaria, que es una gracia que ayuda al cristiano a hacer camino con la voluntad de convertirnos y reconciliarnos con Dios. Esta gracia también puede ser aplicada a los difuntos como signo de amor hacia ellos.
 
 
En la tarde de este domingo 27 de abril, el obispo presidía en la Catedral la Misa de Apertura del Año Jubilar que se prolongará hasta abril de 2015 con motivo del Centenario y la Reapertura de la Santa Iglesia Catedral.
La celebración se inició en el exterior del templo, concretamente en el atrio principal de Catedral. Allí se leyó el decreto episcopal para este acontecimiento: Posteriormente el Obispo abrió la que será “Puerta de los Peregrinos” proclamando la afirmación del salmo 99: “Entrar por sus puertas con acción de gracias”.
Ya en el templo, se pasó a leer el documento de la Penitenciaria Apostólica concediendo la Gracia de la Indulgencia Plenaria a los que peregrinando a la Catedral de Nuestra Señora de los Remedios cumplan debidamente con las condiciones acostumbradas.
El Obispo en la homilía comenzó recordando la confluencia de varios acontecimientos en este domingo llamado de la Divina Misericordia, día de la octava de Pascua, jornada de las Vocaciones nativas, de la canonización de dos papas, de apertura del Año Jubilar.
En relación a la Palabra de Dios proclamada en la Misa, el prelado nivariense recordó la situación de los apóstoles tras la muerte de Jesús:Encerrados, con miedo, aterrorizados y sin futuro, con dificultades para creer,  pero “aparece ¨Jesús y con Él los efectos de su resurrección: paz, alegría, fe, amor, comunión fraterna, solidaridad…”Se alegran al ver al Señor que abre las posibilidad de un futuro nuevo, puesto que el “poder de la resurrección es un torrente de vida que nos riega a todos”- dijo.
La fe- prosiguió- “genera una vida nueva, un nuevo modo de ser y de relacionarse con Dios, con las personas y las cosas. Es lo que se ve en la lectura de los Hechos de los Apóstoles, “ahí tenemos los efectos de la resurrección sobre las personas, no ya en meros sentimientos de paz, alegría y amor, sino en actos concretos”.
 En otro momento de su intervención recordaba Bernardo Álvarez  lo dicho esta misma mañana por el Papa Francisco:Esta esperanza y esta alegría se respiraba en la primera comunidad de los creyentes, en Jerusalén, de la que hablan los Hechos de los Apóstoles como hemos escuchado en la segunda Lectura. Es una comunidad en la que se vive la esencia del Evangelio, esto es, el amor, la misericordia, con simplicidad y fraternidad. Y ésta es la imagen de la Iglesia que el Concilio Vaticano II tuvo ante sí. Juan XXIII y Juan Pablo II colaboraron con el Espíritu Santo para restaurar y actualizar la Iglesia según su fisionomía originaria, la fisionomía que le dieron los santos a lo largo de los siglos.
Aquí, sostuvo, es donde debemos situar el Año Jubilar, “nosotros también podemos esperar que la misericordia del Señor llegue a nosotros”. “Es un año con muchas posibilidades para nuestra vida personal y para nuestras comunidades parroquiales y de vida consagrada, para grupos y movimientos eclesiales…” “El Año Jubilar en esta diócesis tiene como objetivo  restaurar y actualizar nuestra Iglesia Diocesana según su fisionomía originaria, que vemos en los Hechos de los Apóstoles”- explicó.
Por último recordó el horizonte de la venidera celebración del bicentenario de la diócesis, en el 2019, para citar a los papas canonizados hoy, a San José de Anchieta y al Santo Hermano Pedro para  proponer que “también nosotros queremos trabajar para ser santos y para dar a nuestras comunidades esa fisonomía de la Iglesia en sus orígenes”.
 
 

 
2010: AÑO SANTO JACOBEO
La Santa Sede ha concedido a las parroquias de Santiago Apóstol de Gáldar (Isla de Gran Canaria) y la parroquia del Apóstol San Bartolomé en Tunte-San Bartolomé de Tirajana (isla de Gran Canaria) las licencias necesarias para poder ganar en ella la indulgencia plenaria.
 
 
 
 
 

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