.........aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre.
(Tylor, 1995: 29)

domingo, 17 de enero de 2016

YO, A MI CUERPO............. DOMINGO RIVERO


DOMINGO RIVERO




 
 
 
 
 

 
 
 



Yo, a mi cuerpo


«Estamos ante un poeta de tanta honestidad como modestia, y todo sabe en él a veraz. Se despierta en el lector entonces un natural y cálido acercamiento. Y eso es lo que todo poeta auténtico desearía que le pudiera suceder.»
 
Domingo Rivero (Arucas, Gran Canaria, 23 de marzo de 1852Las Palmas de Gran Canaria, 8 de septiembre de 1929), poeta canario considerado como el precursor del movimiento modernista en las Islas Canarias de principios del siglo XX. Con una obra brevísima, su poema Yo a mi cuerpo está considerado como una de las cimas líricas de la poesía canaria.
 
 
Domingo Rivero González nació el 23 de marzo de 1852 en la ciudad de Arucas (Gran Canaria). Era hijo de Juan Rivero Bolaños y Rafaela María González Castellano. Era primo, por la línea materna, del escritor Francisco González Díaz .
En 1864 se traslada a vivir a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, donde inicia sus estudios de bachillerato en el Colegio de San Agustín, institución en la que se habría de formar la intelectualidad isleña del momento. En 1869 supera las pruebas para la obtención del Grado de Bachiller. Entre 1870 y 1873 se traslada a Londres, donde toma contacto con la literatura inglesa, y desde 1873 a 1881 estudia Derecho en Sevilla y Madrid.


Casa de los hoyos
 
 
Tras su regreso a Gran Canaria, se inscribe en el Ilustre Colegio de Abogados de Las Palmas. A finales de ese año entra en la Junta Directiva del Gabinete Literario de Las Palmas. En 1884 es Registrador de la Propiedad. Un año después se casa con María de las Nieves del Castillo Olivares y Fierro. De la unión nacerán siete hijos: Fernando, Dolores, Juan, Nieves, María del Pino, María Teresa y Fernando. En 1886 obtiene la plaza de Relator de la Audiencia por oposición, puesto que ocupará hasta 1904, en que es nombrado Secretario de Gobierno. En su puesto de Relator conoce al escritor Agustín Millares Cubas, con quien traba amistad.
 
 
 En 1887 muere su primer hijo, Fernando, a la edad de diecisiete meses.
En 1910 conoce a Miguel de Unamuno con motivo de la llegada de este a Canarias, como mantenedor de los Juegos Florales de Las Palmas. Unamuno ejercerá una notable influencia en su obra. A partir de 1924, ya jubilado, se dedica por completo a ordenar su obra. En 1928 muere su hijo Juan tras una penosa enfermedad, lo que embarca al poeta en una profunda tristeza. Desiste del proyecto de publicar una antología de su obra.
El 8 de septiembre de 1929 muere en Las Palmas. Su obra no aparecerá en libro hasta varias décadas después de su muerte.
 
 
 
 
YO, A MI CUERPO
 
¿Por qué no te he de amar, cuerpo en que vivo?;¿por qué con humildad no he de quererte,
si en ti fui niño, y joven, y en ti arribo,
viejo, a las tristes playas de la muerte?

Tu pecho ha sollozado compasivo
por mí, en los rudos golpes de mi suerte;
 ha jadeado con mi sed, y altivo
con mi ambición latió cuando era fuerte.

Y hoy te rindes al fin, pobre materia,
extenuada de angustia y de miseria.
¿Por qué no te he de amar? ¿Qué seré el día

que tú dejes de ser? ¡Profundo arcano!
Sólo sé que en tus hombros hice mía
mi cruz, mi parte en el dolor humano.

(Julio 1922)
 
 
 
 
 PIEDRA CANARIA
 

Oscura piedra; fibra duradera
de robustas entrañas.
Piedra que tienes la tristeza austera
de las patrias montañas.

Yo hallé, para sufrir, tu fortaleza,
que en mi propio dolor busqué mi abrigo,
y oscura del color de tu tristeza,
sólo mi sombra caminó conmigo.

Tú guarneces mi casa, que velar,
Apurando mi pena silenciosa,
Me siente de la noche en el misterio.

Como hoy en las paredes de mi hogar,
tú mi tristeza guardarás piadosa
en el nicho del viejo cementerio.
 
 
 

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